Ya tuve un breve contacto con la nueva Africa Twin cuando llegó a nuestro mercado. Como propietario (todavía) de una Africa del año 92 estaba deseando conocer lo que Honda había desarrollado para suplir a la mítica maxi-trail.
En aquella ocasión probé la nueva Africa Twin convencional, o sea con cambio manual y sin ABS ni control de tracción, pero ahora ha sido totalmente diferente, los amigos del concesionario madrileño Honda Motor Sport me han cedido el modelo más sofisticado que incorpora el cambio automático DCT, el ABS y el control de tracción desconectable.
Ha sido un fin de semana intenso, de disfrutar de lo lindo con esta moto tan asombrosa. Como veterano usuario de Africa Twin tengo que reconocer que las mejoras son totales con respecto a la última versión conocida. La moto es muy ágil, y aunque la potencia de su bicilíndrico no llega a los 100 CV como la mayoría de sus rivales, tampoco le hace falta para estar a la altura, incluso por encima de ellas si hablamos de una utilidad mixta carretera/campo.
El cambio DCT es genial, un poco raro al principio hasta que te acostumbras a no tener maneta en la izquierda (hay una pero es para un práctico freno de mano a la que no llegas con los dedos), lo que sí hay son dos pulsadores para subir o bajar de marchas si optas por el modo de cambio secuencial, para mí más agradable que el automático, aunque por pistas me sorprendió mucho el modo automático, lo mismo que por la ciudad, ya que tiene un funcionamiento muy suave. El ABS es desconectable para la parte trasera, así te aseguras un mejor control fuera del asfalto, pero por ‘lo negro’ es muy efectivo. Lo mismo ocurre con el control de tracción, que también puedes desconectar para hacer el ‘bestia’ por la tierra pero que un prudente como yo prefiere llevar activado eligiendo el nivel más conveniente.
Como ya he dicho, con los 95 CV de potencia va sobrada la Africa. Es un motor progresivo que no flojea en ningún momento, ni siquiera cuando el cambio mantiene una marcha alta a baja velocidad, responde con energía y cuando se pide respuesta en carretera la tenemos, además con un consumo muy ajustado. Algo que sí mantiene con respecto a la anterior Africa es la comodidad en la conducción y en la manejabilidad, aunque ahora monta un asiento más cómodo en dos partes regulable para el piloto en dos alturas.
Estéticamente resulta muy atractiva y le da un aspecto de ligera por lo estrecha y compacta que es, algo que viene muy bien a la hora de circular por el tráfico de la ciudad. El equipo de frenos responde con potencia y precisión, lo mismo que las suspensiones con una horquilla invertida regulable y el sofisticado sistema Pro-Link trasero con el amortiguador también regulable. El cuadro está totalmente digitalizado y dividido en varias pantallas para tener toda la información precisa, y a pesar de la electrónica y controles incorporados en este modelo, los mandos para manejarlos son muy sencillos e intuitivos.
Como podéis imaginar, Honda tiene disponibles un buen número de accesorios como maletas, pantallas, etc, para que sea totalmente polivalente y personalizable. Lo dicho ¡me la pido!
Chema Bermejo/enmoto.es
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